sábado, 25 de enero de 2014

Homilía del Tercer domingo del Tiempo Ordinario/A

Homilía del Tercer domingo del Tiempo Ordinario/A
Cuando Cristo ilumina nuestras almas no hay lugar en ella para el temor o el desaliento, por el contrario, en ella surge la paciencia que todo lo soporta, la fortaleza capaz de las más grandes empresas, la generosidad que no se reserva nada para sí. El alma descubre en sí capacidades hasta entonces desconocidas. “Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor”. Palabras estupendas que iluminan nuestra existencia muchas veces turbada por las angustias del mundo, por los temores del mal, por la incertidumbre del futuro. Cristo no deja de llamarnos: Vengan y síganme… Está cerca el Reino de los cielos.

sábado, 18 de enero de 2014

Homilía: Segundo domingo del Tiempo Ordinario/A (Jn 1, 29-34)

Homilía: Segundo domingo del Tiempo Ordinario/A (Jn 1, 29-34)
Se ha perdido la conciencia de pecado. Pero san Juan, lo queramos o no nos dice: este es el Cordero… Reconozcámoslo, somos culpables. Al menos, no somos inocentes en un mundo dividido, en una sociedad injusta, en un sistema deshumanizado. Vivimos en un mundo de pecado, en un mundo inhumano, fratricida, insolidario…

viernes, 10 de enero de 2014

HOMILÍA EN LA FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

Se sumergió en aquellas aguas para purificarlas, al contacto con su carne santísima, y así conferirles el poder de purificar. Se sumergió también para fecundarlas, dándoles capacidad de engendrar hijos para Dios. Se bautizo para inaugurar los sacramentos de la Nueva Alianza, especialmente el bautismo, que es la puerta para los demás sacramentos.
HOMILÍA EN LA FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

jueves, 2 de enero de 2014

La auténtica alegría


“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. En esta Exhortación quiero dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría…”.
La auténtica alegría