sábado, 28 de junio de 2014

Homilía en la Solemnidad de San Pedro y san Pablo

Homilía en la Solemnidad de San Pedro y san Pablo
“Estos son tus padres y verdaderos pastores, que te fundaron para que te insertaras en el reino celestial” (Sermo I in Nat. App Petri et Pauli, c I: PL 54, 422). Esta fiesta nos remonta a los orígenes del cristianismo y al inicio de la predicación de los que recibieron la tradición más original de Jesús de Nazaret. Ellos son las primeras columnas de la Iglesia fundada por Cristo.

lunes, 23 de junio de 2014

LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO Y LA LEY DEL MAL LLAMADO MATRIMONIO DEL MISMO GÉNERO (HOMOSEXUAL)

LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO Y LA LEY DEL MAL LLAMADO MATRIMONIO DEL MISMO GÉNERO (HOMOSEXUAL)

 “La familia está en el centro de la realidad humana”; “no hay futuro para las sociedades que desestructuran la familia”. Sin embargo, con sutiles instrumentos de manipulación intelectual y jurídica y de ambigüedad terminológica, se extiende cada vez más, también en nuestra patria mexicana,  una mentalidad que con el pretexto de progreso y de modernidad va destruyendo los principios y los valores básicos del matrimonio y de la familia.

viernes, 20 de junio de 2014

Homilía del XII Domingo Ordinario/A

Homilía del XII Domingo Ordinario/A
podemos distinguir “entre los miedos humanos y el temor de Dios. El miedo es una dimensión natural de la vida. Desde la infancia se experimentan formas de miedo que luego se revelan imaginarias y desaparecen; sucesivamente emergen otras, que tienen fundamentos precisos en la realidad:  estas se deben afrontar y superar con esfuerzo humano y con confianza en Dios. Pero también hay, sobre todo hoy, una forma de miedo más profunda, de tipo existencial, que a veces se transforma en angustia: nace de un sentido de vacío, asociado a cierta cultura impregnada de un nihilismo teórico y práctico generalizado”.

martes, 17 de junio de 2014

Homilía y sugerencia para la procesión del Corpus Christi

Homilía y sugerencia para la procesión del Corpus Christi
Dios sabiendo de nuestra hambre radical, nos prepara un banquete para nuestra alma con el Cuerpo y la Sangre de su Hijo. Este Pan es remedio de inmortalidad, como dice san Ignacio de Antioquía, es decir, es el Pan que nos garantiza la resurrección, incluso de nuestro cuerpo. Pero también este Pan en este día del Corpus Christi es pan no sólo para ser comido en el banquete de la misa, sino también para ser contemplado y adorado. Por eso, paseamos por las calles de los pueblos y ciudades, asentado en la custodia, ese Pan consagrado que es Cristo. Lo vemos, contemplamos, adoramos y cantamos con gozo. Es la presencia de Cristo ofrecida para aliento en nuestras tristezas, y para que también nosotros nos convirtamos en pan fresco para nuestros hermanos; pan que se parte, se reparte y se comparte; y así nuestros hermanos tengan vida y nadie muera de hambre.

sábado, 14 de junio de 2014

Homilía: Solemnidad de la Santísima Trinidad/A

Homilía: Solemnidad de la Santísima Trinidad/A
La Santísima Trinidad no es el producto de razonamientos humanos; es el rostro con el que Dios mismo se ha revelado, no desde lo alto de una cátedra, sino caminando con la humanidad. Es justamente Jesús quien nos ha revelado al Padre y quien nos ha prometido el Espíritu Santo. Dios ha caminado con su pueblo en la historia del pueblo de Israel y Jesús ha caminado siempre con nosotros y nos ha prometido el Espíritu Santo que es fuego, que nos enseña todo lo que no sabemos, que dentro de nosotros nos guía, nos da buenas ideas y buenas inspiraciones (Papa Francisco, 26 de mayo de 2013).

Homilía: Solemnidad de la Santísima Trinidad/A

Homilía: Solemnidad de la Santísima Trinidad/A
La Santísima Trinidad no es el producto de razonamientos humanos; es el rostro con el que Dios mismo se ha revelado, no desde lo alto de una cátedra, sino caminando con la humanidad. Es justamente Jesús quien nos ha revelado al Padre y quien nos ha prometido el Espíritu Santo. Dios ha caminado con su pueblo en la historia del pueblo de Israel y Jesús ha caminado siempre con nosotros y nos ha prometido el Espíritu Santo que es fuego, que nos enseña todo lo que no sabemos, que dentro de nosotros nos guía, nos da buenas ideas y buenas inspiraciones (Papa Francisco, 26 de mayo de 2013).

miércoles, 11 de junio de 2014

NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD

NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD
En la lex credendi, que se desarrolla lozana y fuerte en el corazón del creyente, en el corazón de la Iglesia, florece la lex orandi; así se manifiesta en las oraciones escritas, que nos han heredado nuestros antepasados en su relación con la Madre de Cristo, en su advocación de la Soledad. En efecto, tanto en los clérigos como los fieles, en su fe y amor a María de la Soledad, podemos encontrar una intimidad interior mariana como imitación de la actitud y sentimientos de la Madre, que nos identifican con nuestro divino Redentor 

SOCIEDAD CON O SIN DIOS

SOCIEDAD CON O SIN DIOS
“Vivimos en una época en la que son evidentes los signos del secularismo. Parece que Dios haya desaparecido del horizonte de muchas personas o que se haya convertido en una realidad ante la cual se permanece indiferente. Vemos, sin embargo, al mismo tiempo, muchos signos que nos indican un despertar del sentido religioso, un redescubrimiento de la importancia de Dios para la vida del hombre, una exigencia de espiritualidad, de superar una visión puramente horizontal, material, de la vida humana. Analizando la historia reciente, ha fracasado la previsión de quien, en la época de la Ilustración, anunciaba la desaparición de las religiones y exaltaba la razón absoluta, separada de la fe.

sábado, 7 de junio de 2014

Homilía: Solemnidad de Pentecostés/A

Homilía: Solemnidad de Pentecostés/A
En uno de sus sermones, san Agustín llama a la Iglesia “Societas Spiritus”, sociedad del Espíritu (Serm. 71, 19, 32: PL 38, 462). Pero ya antes de él san Ireneo había formulado esta otra verdad: “Donde está la Iglesia, allí está el Espíritu de Dios, y donde está el Espíritu de Dios, allí está la Iglesia y toda gracia, y el Espíritu es la verdad; alejarse de la Iglesia significa rechazar al Espíritu” y por eso “excluirse de la vida” (Adv. haer. III, 24, 1).