jueves, 28 de agosto de 2014

El pecado de la división

El pecado de la división
“Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”. La Iglesia ha buscado desde el principio realizar este propósito que está tan en el corazón de Jesús. Los Hechos de los Apóstoles nos recuerdan que los primeros cristianos se distinguían por el hecho de tener “un solo corazón y una sola alma”; el apóstol Pablo, después, exhortaba a sus comunidades a no olvidar que son  “un solo cuerpo”. La experiencia, sin embargo, nos dice que son muchos los pecados contra la unidad. Y no pensamos solo a las grandes herejías, los cismas, pensamos a faltas muy comunes en nuestras comunidades, en pecados “parroquiales”, a esos pecados en las parroquias. A veces, de hecho, nuestras parroquias, llamadas a ser lugares de compartir y de comunión, están tristemente marcadas por envidias, celos, antipatías… Y el chismorreo está a mano de todos. ¡Cuánto se chismorrea en las parroquias! Esto no es bueno.

viernes, 22 de agosto de 2014

Homilía del Domingo XXI Ciclo/A

Homilía del Domingo XXI Ciclo/A
El Apóstol Pedro es el depositario de las llaves de un tesoro inestimable: el tesoro de la redención. Es el tesoro de la vida divina, de la vida eterna. El oficio de ‘poder’, de ‘atar’ y ‘desatar’, dado a los Apóstoles y a sus sucesores, los obispos (cf. Mt 18, 18), está vinculado en cierta medida por participación, también a los sacerdotes. Este ‘oficio’ comprende campos muy amplios de aplicación, como la función de anunciar la Palabra de Dios; la función de santificar sobre todo por medio de la celebración de los sacramentos; la función de regir a la comunidad cristiana por el camino de la fidelidad a Cristo en los diversos tiempos y en los diversos ambientes.

viernes, 15 de agosto de 2014

EL NOVIAZGO

EL NOVIAZGO
El noviazgo. Según el Diccionario de la Real Academia, novio/a es aquel o aquella que «mantiene relaciones amorosas en expectativa a futuro matrimonio». Se trata, pues, de una situación de tránsito en las relaciones entre un hombre y una mujer antes de casarse. Situación no institucionalizada, que ha tenido a lo largo de la historia formas diversas (recuérdense los esponsales, la petición de mano, etc.), que pese a todo se mantiene de manera más o menos informal (7).

Homilía del Domingo XX Ciclo/A

Homilía del Domingo XX Ciclo/A
Impresiona de manera particular este episodio de la mujer cananea que no cesaba de pedir la ayuda de Jesús para su hija “atormentada cruelmente por un demonio”. Cuando la cananea se postró delante de Jesús para implorar su ayuda, Él le respondió: “No es bueno tomar el pan de los hijos y arrojarlo a los perrillos” (Era una referencia a la diversidad étnica entre israelitas y cananeos que Jesús, Hijo de David, no podía ignorar en su comportamiento práctico, pero a la que alude con finalidad metodológica para provocar la fe). Y he aquí que la mujer llega intuitivamente a un acto insólito de fe y de humildad. Y dice: “Cierto, Señor, pero también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores”. Ante esta respuesta tan humilde, elegante y confiada, Jesús replica: “¡Mujer, grande es tu fe! Hágase contigo como tú quieres” (cf. Mt 15, 21-28). San Agustín comenta con razón: “Cristo se mostraba indiferente hacia ella, no por rechazarle la misericordia, sino para inflamar su deseo” (Sermo 77, 1: PL 38, 483).

jueves, 14 de agosto de 2014

La Asunción de María al Cielo

La Asunción de María al Cielo
¿Qué significa que María fue elevada al cielo en cuerpo y alma? María, como primera seguidora de Jesús, es la primera cristiana y la primera salvada por la Pascua de su Hijo; participa ya de la victoria de su Hijo, y es elevada a la gloria definitiva en cuerpo y alma. El motivo de este privilegio lo formula bien el prefacio de hoy: “con razón no quisiste, Señor, que conociera la corrupción del sepulcro la mujer que, por obra del Espíritu, concibió en su seno al autor de la vida, Jesucristo”.  ¿Por qué este privilegio? Porque Ella fue radicalmente dócil en su vida respondiendo con un “sí” total a su vocación, desde la humildad radical (evangelio). Ella estuvo siempre con Jesús, hasta el final, luchando contra el dragón que quería devorar a su Hijo (primera lectura).

sábado, 9 de agosto de 2014

Homilía del Domingo XIX Ciclo/A

Homilía del Domingo XIX Ciclo/A
En el Evangelio que hemos escuchado encontramos a Jesús que, retirándose al monte, ora durante toda la noche. El Señor, alejándose tanto de la gente como de los discípulos, manifiesta su intimidad con el Padre y la necesidad de orar a solas, apartado de los tumultos del mundo. Mientras tanto, la barca “iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario” (v. 24), y he aquí que “a la cuarta vela de la noche se les acercó Jesús andando sobre el mar” (v. 25); los discípulos se asustaron y, creyendo que era un fantasma, “gritaron de miedo” (v. 26), no lo reconocieron, no comprendieron que se trataba del Señor. Pero Jesús los tranquiliza: “¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!” (v. 27).

viernes, 1 de agosto de 2014

Un día como hoy hace 33 años, fui ordenado sacerdote

Un día como hoy hace 33 años, fui ordenado sacerdote

En este acontecimiento queremos agradecer el don del sacerdocio en esta comunidad parroquial de Nuestra Señora de la Soledad, en la Iglesia, en mi persona; sacerdocio dado por Cristo a la Iglesia para ser conducida, santificada y enseñada, por aquellos que él, en su infinita bondad, ha querido llamar para este ministerio.

Homilía del Domingo XVIII/A

Homilía del Domingo XVIII/A
Dios en Cristo viene a saciar completamente nuestra hambre y sed interior. Ya desde el Antiguo Testamento, Isaías nos hacía la invitación de Dios: “Acudan por agua…vengan, coman sin pagar vino y leche gratis…comerán bien…”. Esta multiplicación de panes y peces, narrada hoy en el evangelio, es el anuncio y el preludio de lo que Cristo será para todos nosotros: nuestro alimento; anticipo del misterio de la Eucaristía. La metáfora de la comida y de la bebida es muy apropiada para hacernos comprender otros bienes que nos regala Dios: su cercanía, su perdón, su amor. ¡Cuántas veces Jesús utilizó el ambiente de una comida para hacernos sentar a la mesa del perdón y salvación! Ahí está Cristo Alimento en cada Eucaristía, en cada sacramento. Ahí está Cristo Alimento en el evangelio.