viernes, 27 de febrero de 2015

Homilía II domingo de Cuaresma/B

Homilía II domingo de Cuaresma/B
La Transfiguración nos invita a abrir los ojos del corazón al misterio de la luz de Dios presente en toda la historia de la salvación. Ya al inicio de la creación el Todopoderoso dice: “Fiat lux”, “Haya luz” (Gn 1, 3), y la luz se separó de la oscuridad. Al igual que las demás criaturas, la luz es un signo que revela algo de Dios: es como el reflejo de su gloria, que acompaña sus manifestaciones. Cuando Dios se presenta, “su fulgor es como la luz, salen rayos de sus manos” (Ha 3, 4). La luz -se dice en los Salmos- es el manto con que Dios se envuelve (cf. Sal 104, 2).

viernes, 20 de febrero de 2015

Homilía I Domingo de Cuaresma/B

Homilía I Domingo de Cuaresma/B

I Domingo de Cuaresma/B (Gn 9, 8-15; 1 Pe 3, 18-22; Mc 1, 12-15)

Jesús tentado por Satanás

Cuarenta días dedicó Jesús a la oración y al ayuno en el desierto antes de comenzar su ministerio público.
Cuarenta días dedicó Jesús a la oración y al ayuno en el desierto antes de comenzar su ministerio público.
La Cuaresma es tiempo de preparación para la Pascua. Cuarenta días de oración, ayuno y misericordia para poner a punto nuestro espíritu y celebrar la novedad de la pasión, muerte y resurrección del Señor. La Cuaresma nos rejuvenece en el espíritu, coincidiendo con el rebrotar de la primavera, cuando todo vuelve a nacer.

viernes, 13 de febrero de 2015

Homilía VI Domingo Tiempo Ordinario/B

Homilía VI Domingo Tiempo Ordinario/B
Hoy el pasaje evangélico narra la curación de un leproso y expresa con fuerza la intensidad de la relación entre Dios y el hombre, resumida en un estupendo diálogo: “Si quieres, puedes limpiarme”, dice el leproso. “Quiero: queda limpio”, le responde Jesús, tocándolo con la mano y curándolo de la lepra (Mc 1, 40-42). Vemos aquí, en cierto modo, concentrada toda la historia de la salvación: ese gesto de Jesús, que extiende la mano y toca el cuerpo llagado de la persona que lo invoca, manifiesta perfectamente la voluntad de Dios de sanar a su criatura caída, devolviéndole la vida “en abundancia” (Jn 10, 10), la vida eterna, plena, feliz.

viernes, 6 de febrero de 2015

Homilía V Domingo del Tiempo Ordinario/B

Homilía V Domingo del Tiempo Ordinario/B
Los cuatro evangelistas coinciden en testimoniar que la liberación de enfermedades y padecimientos de cualquier tipo, constituían, junto con la predicación, la principal actividad de Jesús en su vida pública. De hecho, las enfermedades son un signo de la acción del mal en el mundo y en el hombre, mientras que las curaciones demuestran que el Reino de Dios –y Dios mismo–, está cerca. Jesucristo vino para vencer el mal desde la raíz, y las curaciones son un anticipo de su victoria, obtenida con su muerte y resurrección.