viernes, 4 de diciembre de 2015

Homilía Domingo II de Adviento/C

La figura de Juan el Bautista aparece en este domingo como la señal de la llegada de la salvación de Dios. Preparar el camino del Señor significa entrar en comunión con él. Es hacer que nuestra vida y que nuestro mundo se aproximen a lo que Jesús espera y quiere de nosotros, “allanen sus senderos… que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale” (evangelio). Juan llamaba a la conversión, al arrepentimiento de los pecados, con vistas a la llegada del Reino de Dios: “Conviértanse, que se acerca el Reino de los cielos” (Mt 3,1).

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