lunes, 7 de diciembre de 2015

Reflexión al evangelio de cada día

Jesús nos libera del pecado haciéndose Él mismo “pecado”, tomando sobre sí todo el pecado y ésta es la nueva creación”. Jesús desciende de la gloria y se abaja, hasta la muerte, hasta la muerte en la Cruz, hasta gritar: “¡Padre!, por qué me has abandonado!” Esta es su gloria y esta es nuestra salvación: “Este es el milagro más grande y con esto ¿qué hace Jesús? Nos hace hijos, con la libertad de los hijos. Por esto que ha hecho Jesús nosotros podemos decir: ‘Padre’. Al contrario, jamás habríamos podido decir esto: ‘¡Padre!’. Y decir ‘Padre’ con una actitud tan buena y tan bella, ¡con libertad! Éste es el gran milagro de Jesús. A nosotros, esclavos del pecado, nos ha hecho a todos libres, nos ha curado precisamente en el fondo de nuestra existencia. Nos hará bien pensar en esto y pensar que es tan bello ser hijo, es tan bella esta libertad de los hijos, porque el hijo está en casa y Jesús nos ha abierto las puertas de casa… ¡Nosotros ahora estamos en casa!”.

No hay comentarios: