miércoles, 11 de junio de 2014

NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD

NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD
En la lex credendi, que se desarrolla lozana y fuerte en el corazón del creyente, en el corazón de la Iglesia, florece la lex orandi; así se manifiesta en las oraciones escritas, que nos han heredado nuestros antepasados en su relación con la Madre de Cristo, en su advocación de la Soledad. En efecto, tanto en los clérigos como los fieles, en su fe y amor a María de la Soledad, podemos encontrar una intimidad interior mariana como imitación de la actitud y sentimientos de la Madre, que nos identifican con nuestro divino Redentor 

SOCIEDAD CON O SIN DIOS

SOCIEDAD CON O SIN DIOS
“Vivimos en una época en la que son evidentes los signos del secularismo. Parece que Dios haya desaparecido del horizonte de muchas personas o que se haya convertido en una realidad ante la cual se permanece indiferente. Vemos, sin embargo, al mismo tiempo, muchos signos que nos indican un despertar del sentido religioso, un redescubrimiento de la importancia de Dios para la vida del hombre, una exigencia de espiritualidad, de superar una visión puramente horizontal, material, de la vida humana. Analizando la historia reciente, ha fracasado la previsión de quien, en la época de la Ilustración, anunciaba la desaparición de las religiones y exaltaba la razón absoluta, separada de la fe.